La refracción de la luz hace que bajo el agua las cosas parezcan más próximas de lo que están, lo que no será ningún problema con una cámara réflex, peor con otro sistema hemos de enfocar a la distancia aparente, que es un 25% menor que la real, lo cual afecta al modo en que se debe usar el flash. La refracción también distorsiona el ángulo de visión de los objetivos bajo el agua, y hace que un objetivo de 35 milímetros sea equivalente a una de 50 milímetros en la superficie.
Por último, hay que buscar y acercarse a las criaturas marinas para captar imágenes próximas de animales que muy pocas personas tienen el privilegio de contemplar en directo.

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