Dirigido a todas aquellas
personas que comparten conmigo la afición por los animales y a su vez por la fotografia.


lunes, 25 de enero de 2010

Safari fotográfico.


Realizar un safari es ua aventura muy apasionante que uno puede imaginar, casi el paraiso soñado por un fotógrafo naturalista. La asombrosa variedad y cantidad de animales salvajes y la inmensidad de las grandes llanuras son realemnte embriagadoras.
Antes de empezar el viaje conviene leer sobre la fauna de la zona para descubrir dónde encontraremos determiandos animales y qué conductas tiene interés fotografiar.
A cualquier país que vayamos, famosos por su fauna salvaje, hay que llevar muchos carretes o tarjetas de memoria ya que seguramente vamos a hacer más fotografías de las previstas, y no hay nada peor que encontrarse en una situación inmejorable y quedarse sin pelicula.

Saber mirar.

Es importante saber mirar, que no es lo mismo que estar dotado para ver. En mi opinión, no podremos ser modestos artistas, ni siquera reporteros de ocasión, si no tratamos de despertar esa posiblemente dormida sensibilidad de que todos disponemos para mirar y gustar de las muchas cosas curiosas o bonitas que en el mundo son. Un verdadero aficionado a la fotografía tieen que ser ya un artista en potencia, cuyo arte tiene ocasión de practicar precísamente consiguiendo cada día mejores fotos. La precisón a que se ha llegado con la fotografía en color es para menos. Y las cámaras, por supuesto, están dispuestas a colaborar.
Todo el mundo sabe mirar, disfrutar desfrutar de un paisaje, o de la actutud especial de las personas, niños. O en este caso de los animales de todo tipo, grandes y pequeños. Pero es necesario acostumbrarnos a mirar objetivamente. Porque saber mirar con la idea de hacer una foto, consiste en ver con preferencia lo que más nos puede interesar y agregarle complementos, dejando a los lados, arriba y abajo, lo que nos estorba, lo que puede descomponer un encuadre aceptable. Esto en fotografía, es saber mirar. Primero sin la cámara; luego, a través del visor. Para ordenar después a la cámara que acepte lo que por saber mirar hemos sabido ver. Un buen encuadre es el cincuenta por ciento de éxito.

lunes, 18 de enero de 2010

Bajo el agua 2

En aguas oscuras y azules se hace necesario el flash para reflejar los colores de un animal marino, pero hay que tener en cuenta, que bajo el agua, los flashes acoplados a la cámara producen imágenes planas y duras, igual que en tierra firme; es preferible adaptarlos a brazos laterales flexibles. Y lo mejor es practicar la iluminación en la seguridad relativa de una piscina.
La refracción de la luz hace que bajo el agua las cosas parezcan más próximas de lo que están, lo que no será ningún problema con una cámara réflex, peor con otro sistema hemos de enfocar a la distancia aparente, que es un 25% menor que la real, lo cual afecta al modo en que se debe usar el flash. La refracción también distorsiona el ángulo de visión de los objetivos bajo el agua, y hace que un objetivo de 35 milímetros sea equivalente a una de 50 milímetros en la superficie.
Por último, hay que buscar y acercarse a las criaturas marinas para captar imágenes próximas de animales que muy pocas personas tienen el privilegio de contemplar en directo.

Bajo el agua. 1

La fotografía submarina es todo un reto: se necesita un equipo especial y el tiempo de trabajo diario es muy limitado.
Si nos apetece hacer fotografías bajo el agua, aquí tenemos los fundamentos de esta técnica.
Hay cámaras par trabajar bajo el agua muy asequibles, (solo 5 metros de profundidad). La mayoría de los fotógrafos especializados en fotografía submarina utilizan cámaras réflex normales protegidas por cajas estancas con visores acoplados.

El mejor momento para la fotografía submarina es el mediodía, cuando el sol brilla con más fuerza. Bajo el agua se pierde casi un punto de diagrama por cada tres metros de profundidad, de modo que se suelen utilizar películas rápidas, de 200 ISO como mínimo; para minimizar la pérdida de luz, hay que intentar disparar a no más de tres metros del motivo.
La intensidad y el color de la luz varían a medida que aumenta la profundidad. El extremo rojo del espectro cromático es absorbido antes por el agua y la escena adquiere una tonalidad cada vez las azulada.



fotografía tomada a tres metros de distancia por otro fotografo. mientras el que sale en la foto toma una de cerca a la ballena.

Parques naturales

Los parques naturales, los espacios protegidos y las zonas vírgenes ofrecen excelentes oportunidades para hacer fotografías de fauna salvaje. Si estamos dispuestos a invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para conocer a los animales y acercarnos a ellos, seremos ampliamente recompensados con imágenes maravillosas. Muchos fotógrafos de fauna salvaje son naturalistas que estudian los animales y su hábitat, acostumbrados a pasar largas horas en condiciones bastantes duras.
Casi todos los parques naturales publican folletos sobre la fauna y la flora que nos ayudarán a conocer las especies que habitan en ellos. Asimismo, las postales y los libros nos pueden sugerir temas.
Los guardas suelen conocer los hábitos y las guaridas de los animales, hablemos con ellos, preguntemos dónde encontrarlos y cómo acercarse a ellos. En los lugares vírgenes, los animales suelen ser muy asustadizos.
Es peligroso aproximarse a los cachorros, pues su madre puede estar cerca. Las primeras horas de la mañana y el crepúsculo suelen ser los mejores momentos, porque es cuando los animales se desplazan en busca del alimento y agua.
Hay dos formas de fotografiar animales salvajes: Si los animales no notan nuestra presencia, podremos capturar su comportamiento habitual. La ropa que llevemos debe ser discreta: los animales están muy pendientes de cualquier intromisión en su territorio, y huyen en cuanto oyen o ven algo que se acerca demasiado. Lo más práctico es llevar ropa de camuflaje de uso militar (en algunas partes de África es ilegal que un civil lleve este tipo de indumentaria), aunque servirá cualquier prenda de un color similar al del entorno. Si tenemos la piel clara, nos cubriremos brazos y piernas. Yendo tras los pasos de un animal muy asustadizo sería conveniente pintarse la cara y el dorso de las manos con colores terrosos. El brillo del metal también nos puede descubrir, así que hay que tapar las superficies brillantes del equipo con cinta adhesiva negra, y nada de llevar monedas, llaves o cualquier otro objeto que haga ruido en los bolsillos. Sobre todo, evitaremos la colonia y cualquier loción o desodorante perfumados, ya que los animales tienen muy buen olfato.


Oso panda en una reserva

Parques zoológicos


Hay dos formas de enfocar la fotografía de animales en un zoológico: por un lado, hacer retratos y primeros planos, y por otro, tomar fotografías del entorno en las que, además del animal, mostramos el recinto donde se exhibe. Si nos interesa lo primero, nos aproximaremos todo lo posible -físicamente y con el objetivo- evitando el fondo, ya que no se trata del hábitat natural del animal. Pero si lo que pretendemos reflejar es que se trata de un zoológico, el encuadre ha de mostrar los límites del recinto y el modo en el que el animal se relaciona con él.
No cabe duda de que existen muchos tipos de zoos, desde los que confinan a los animales en jaulas de reducidas dimensiones hasta los que disponen de recintos extensos que imitan el hábitat natural de cada especie. Reflexionemos sobre lo que queremos transmitir: si creemos que el espacio destinado a los animales es insuficiente, tratemos de mostrarlo en la foto; si creemos que es adecuado dejemos que prevalezca esa sensación.
Primero haremos una visita de reconocimiento para observar a nuestros modelos, anotando cuándo están más activos y en qué zona del rincón.
Necesitaremos un teleobjetivo largo, por ejemplo un 300 milímetros, para hacer primeros planos o retratos, o bien uno más corto con teleconvertidor. La mayoría de los zoos no imponen restricciones sobre el hecho de hacer fotos, así que usemos el trípode sin miedo. Por otro lado, con teleconvertidores se pierde bastante luz, lo que nos obligará a usar una película rápida.
Calcular la exposición puede ser complicado -los osos polares y los osos negros pueden engañar al exposímetro en sentidos opuestos-, así que, para estar seguros, mediremos la luz en un objetivo neutro o en una cartulina gris.

lunes, 4 de enero de 2010

En el jardín

No hace falta ir hasta el fin del mundo para hacer fotografías interesantes de la naturaleza, el jardín de nuestra propia casa puede ser el lugar perfecto para unas bunas fotografías.
Las flores y los insectos son motivos idóneos para la fotomacrografía, así como los helechos, los arbustos con bayas y prácticamente todo lo que cecre en el jardín. Para fotografiar insectos hay que disparar a velocidades rápidas, por lo que conviene hacer las fotos en días soleados o a primero o última hora, cuando la luz incide con un ángulo bajo y resulta más cálida. Hay muchos insectos, como la mantis religiosa, a los que es bastante fácil acercarse, y mas con un objetivo macro.
Asimismo, en el jardín es posible fotografiar otros animales en libertad, como ardillas (si hay), conejos y pájaros. Si dedicamos tiempo a observarlos, descubriremos que el comportamiento de muchos de ellos es hasta cierto punto predecible: pájaros comiendo insectos, conejos corriendo uno detrás del otro... hay que buscar el lugar adecuado y esperar la llegada del protagonista con el teleobjetivo. Con los animales muy asustadizos, tal vez necesitemos una especie de escondite, que se puede hacer con unos palos y una tela con un huco para el objetivo, o simplemete escondiendote detras de un gran macetero, y siempre con la cámara lo más baja posible, ya que las fotos hechas a la altura de los ojos de un animal quedan mejor que las que se toman desde arriba. Puesto que la mayoría de animales son bastante escurridizos es mejor disparar a velocidades de obturación altasy, de no haber plena luz, conviene utilizar una película rápida. Nos acercaremos al suelo tanto como sea posible sin asustarlo; obtener primeros planos de animales en libertad es una de las facetas más desafiantes y gratificantes de la fotografía naturalista.
Una buena idea es colocar un nido en un lugar que se vea desde una ventana de la casa o desde un escondite. En tal caso hay que procurar ponerlo lo bastante cerca para obtener buenas imagenes de las crías cuando llegue la primavera.
Se requiere mecha paciencia, porque hacer fotos de animales exige tiempo. Aunque estemos en un lugar perfecto, puede ser que no pase ninguno, que aperezcan cuando la luez sea mala o que el perro venga ladrando y los asuste. De todos modos, no es malo pasar un día al aire libre y, una vez conseguidas las imágenes deseadas, nos veremos ampliamente recompensados.