viernes, 11 de diciembre de 2009
Fotografiar animales.
Ya sea un perro o un león salvaje, requiere tiempo, paciencia y sensibilidad. En fotos de animales hay que seguir las mismas pautas que en las de personas: descubrir su personalidad y tratar de plasmarla. Está claro que no le podemos pedir a un animal que sonría, se esté quieto o se coloque en un lugar bien iluminado; hay que esperar y aprender a anticipar su comportamiento. En primer lugar es necesario determinar lo que se desea transmitir sobre el animal: la indefenición de un cachorro recién nacido, la nobleza de un león con su magnifica melena o la ternura de una mona con su cría. Es necesario ante todo buscar la composición, la luz y el encuedre que resalten estas cualidades e invertir el tiempo indispensable para que todos esos elementos encajen entre sí.
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